Cuando se lleva más de dos años con un blog, hacer una entrada se va volviendo cada vez más difícil, sobre todo si es personal, porque poner noticias es fácil, que pepita se caso con fulanito, que un interesantísimo estudio en el Reino Unido demostró que el 90% de las mujeres rubias que toman Pepsi y escuchan a Bach después de tener sexo tienen 2 minutos más de sueño al día, el análisis de la ultima lavadora japonesa, las fotos de Hannah montana sin ropa, la nueva versión del programa para PC que permite monitorear los clicks del mes, pero cuando tienes la idea de crear tu propio contenido, que te tiene que salir de la cabeza e incluir tu opinión, las ideas se van a acabando, mis entradas no son muchas para llevar todo ese tiempo y estoy seguro que si alguien lee siquiera la mitad, se hará una idea muy concisa de quien soy, y si me conoce, terminará descubriendo mi identidad secreta, que de secreta ya no tiene casi nada.
Hay un punto en que lo personal tiende a ponerse tedioso, no quiero volverme como aquella amiga que tenemos todos que empieza a narrar su indignación porque el novio no la ha llamado en dos horas, que se siente gorda, deprimida, mientras nosotros miramos a nuestro alrededor buscando objetos que puedan ayudar en nuestro suicidio, no, yo no entro a leer a otro para que me cuente sus desgracias (a no ser que sean chistosas) o sus tristezas, entro a relajarme viendo las cosas agradables o verlos desahogar su rabia botando bilis a diestra y siniestra.
En fin, toda esa basura de antes era para mandar un mensaje a los poquitos niñitos que lean esto, aquellos que son tristes por seguir la moda, existen sentimientos más interesantes pero igual de oscuros como la rabia, la maldad, la hijueputes, y algunos instrumentos tan interesantes como el sarcasmo y la hipocresía, vuelvan la vida algo mas personal, solo hagan algo, dejen esa pasividad tan marica.
He dicho.
